Sentado y pensativo
un niño en el umbral,
no teniendo motivo,
se puso a llorar.
un niño en el umbral,
no teniendo motivo,
se puso a llorar.
cuando un gato callejero
con la cola lo acaricia,
asusta al niño,
haciéndolo parar de prisa,
convirtiendo el llanto,
en un ataque de risa.
Monibe
© Monica Betancur
Todos los derechos reservados.
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