En el transcurso de la vida he podido darme cuenta que la mejor satisfacción es aquella que sienten los demás y que yo solo alcanzo a percibir. Aquella que se da con las manos llenas de amor,donde los elementos materiales no existen y todo queda a la disposición de un sentimiento que se ve en la cara de otros y que reconforta el corazón de forma tal que el día se nos arregla,la sonrisa se contagia y la sensación de felicidad se adentra en nuestro interior.
Recuerdo los rostros de varia gente a la que he tenido la oportunidad de ayudar y como al lograrlo, veían en mi a alguien grande, y sus palabras no alcanzaban a expresar lo que sus rostros querían decir; para ellos era un sueño hecho real; lo que no sabían era que en mi producían la mayor felicidad y bienestar que se puede sentir al verlos con un problema solucionado y dar inicio a un cambio en su vida. Era haber hecho un cambio en mi,era sentirme fuerte con ganas de seguir, alcanzar una meta a lo mejor no propuesta, una meta que me lleno de felicidad.
Con los años la vida me alejo de la tierra en que crecí y lejos de ella he aprendido el valor no solo de dar, también de recibir. En lugares donde los amigos parecen lejanos, se descubre la bondad de los seres humanos desconocidos hasta entonces, la solidaridad se valora de corazón, la presencia de los amigos y de la familia cuando antes podía pasar inadvertida hoy es fuente de calor. La vida y la gente me muestra que todos poseemos ese lado bueno, servil y noble que nos hace tan humanos.
Al pasar el tiempo, ese sentimiento se ha hecho mas fuerte al tener la posibilidad de enseñar a mis hijos y sentir el fruto de esa recompensa, en sus palabras, caricias, actos y lo mas importante en verlos crecer al compás del tiempo, entre lo que les puedo dar y ellos reciben de mi. Una gratificación que no tiene precio, porque me da lo mas grande que se afora en el alma,la felicidad de construir una vida fundamentada en lo que soy y lo que puedo dar desde el fondo de mi ser, me hace entender lo valiosa y privilegiada que soy.
La vida se encarga de mostrarnos el lado que nos falta para entender que ella encierra cosas con mayor valor del que nosotros creemos. Solo tenemos que tener la capacidad de percibir cuales de esas cosas nos dan la verdadera felicidad.
Monibe
© Monica Betancur