EL VALOR INTERIOR

Hay momentos en la vida en que nos sentimos agobiados, con ganas de cambiar tantas cosas,de buscar nuevas perspectivas, de encontrar nuevos ideales.  Nos envolvemos en sinsabores creados por nosotros mismos y dejamos de lado la esencia y el valor por la vida que vivimos.

Nos olvidamos de que hemos hecho cosas grandes e importantes, de lo mucho que hemos crecido y aprendido con la experiencia adquirida. Y sobre todo nos olvidamos de que valemos, de que podemos y somos muy importantes para este mundo. Nos olvidamos de que nosotros también merecemos, como cualquier otro, estar alegres, disfrutar de la vida y recibir los grandes regalos del universo.

Pero perdemos ese camino por preocuparnos mas por otras cosas, que al final no tienen sentido, como el que dirán o la capacidad adquisitiva de las personas que nos rodean. Dejamos que nuestras relaciones distorsionen su sentido y palabras como; entender, valorar, aprender, perseverar y compartir desaparecen de nuestra vida sin darnos cuenta , dejando de lado las cosas simples, por otras mas complicadas e insignificantes o que sencillamente no nos pertenecen o no nos llenan.

Creemos que la riqueza es la felicidad que buscamos, cuando vivimos rodeados de ella y descuidamos ese mundo natural que tanto nos ofrece.

Evadimos nuestra responsabilidad de ser mejores personas, de entender aquel que nos necesita

y discriminamos por tantas cosas, cuando somos parte de un mismo equipo, de una misma sociedad, de un mismo mundo.

Perdemos nuestro tiempo, hablando mal de otros, mientras esa persona busca quien lo escuche.

Ofrecemos nuestra amistad con intereses de por medio y no tenemos en cuenta la importancia del amor incondicional que no pide nada a cambio.

Reaccionamos con enojo cuando alguien nos ofende y no analizamos la situación que lo afecta.

Somos amigos de quien nos interesa, mas no de quien nos quiere.

Damos prioridad a la lógica y no a los sentimientos.

A la menor ofensa, creemos que ese amigo dejo de serlo.

Nos llenamos de rencores que no olvidamos y la palabra perdón aveces parece que no existiera.

Anhelamos lo de antes y nos quedamos en ese abismo que nos cierra las ventanas del ahora y las puertas a ese futuro que desconocemos si podremos ver.

Pretendemos ser mejores sin serlo y adoptamos posiciones de indiferencia, ante el mundo, la naturaleza, la vida y nuestro propio ser.

Es tiempo de auto analizarnos, de preguntarnos si nuestro valor depende de lo que tenemos o de lo que somos como personas, como seres humanos.

El mundo esta cambiando es tiempo de entender que hay cosas que llevamos dentro y no vemos, aveces ni percibimos, pero son la verdadera riqueza que tenemos, la única que perdurara a través de la eternidad, la única que prevalece aunque sea destruida esta dentro de nosotros en ese lugar que nadie ve,pero todos sentimos.

Monibe

© Monica Betancur