Cada vez que me equivoque,
Me sentí abatido.
Con ganas de desaparecer,
Un poco deprimido,
Triste y meditabundo.
Hasta que entendí,
Que mirar atrás era un gran error,
Ese día, empecé a ver con los ojos del interior,
A vislumbrar las enseñanzas
Que el tiempo deja
Y los sinsabores de los malos ratos
Se tornaron dulces y gratos.
Solo hasta que comprendí
Lo fuerte que me hacía,
Descubrí cuanto crecía,
Y la templanza que se plasmaba dentro de mí ser,
Al llenarme de entusiasmo para tratar de vencer.
Solo el tiempo olvida los errores
Pero nosotros tenemos la oportunidad de elegir
Si nos damos por vencidos,
O volvemos a intentarlo.
Monibe
© Monica Betancur
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