No basta con agradecer a Dios solo con las palabras, si el agradecimiento no sale del corazón y se manifiesta en acciones.
No basta con llenarnos de buenas energías a nuestro alrededor, cuando ella no brota desde nuestro interior.
No basta con dar cuando no se siente el impulso en el alma, cuando nos agobia la ira, la envidia y los malos comentarios.
No basta con querer ser lo que no se puede, ni agradecer lo que se maldice.
Es la actitud la que marca la diferencia, entre hacerlo con gracia o benevolencia,
Con obligación o solo por creencia.
No basta que te llenes de palabras finas, cuando te ahogas por dentro en el humo inmenso de la indecisión y decidía,
Al hacer lo que crees que puedes, de la forma en que no debes hacerlo.
No basta con calmar el hambre o saciar la ira,
Cuando nos invade el miedo y el egoísmo.
Agradecer a Dios es desnudar el alma, dejar de ser falso,
Es honrar la vida con acciones que nos llenan de emociones
De ganas para seguir demostrándole a las personas que nos rodean
Y a Dios que ellos son importantes en nuestra vida,
Que si nos necesitan podremos tenderles la mano porque cada ser es un universo divino, único y valioso.
Monibe
© Monica Betancur
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